Instalación Sonora: « DIRECTO AL CORAZÓN »

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La instalación inmersiva. "Directo al corazón" convierte la idea abstracta del fin en un fenómeno sensorial íntimo e ineludible. Al entrar en el espacio, te conviertes en el elemento central: el blanco que completa y activa la obra. En el centro, un arco tensa una flecha . Un sofisticado dispositivo, equipado con un sensor de movimiento, vigila el espacio. Con la presencia del espectador el mecanismo cobra vida automáticamente: el arco se dispara. En el instante preciso del lanzamiento, dos acontecimientos simultáneos transforman radicalmente la percepción: Un Sonido reverberante seco, agudo y penetrante resuena en el espacio. Es el sonido de la cuerda liberada, de la flecha partiendo hacia su destino invisible. Un estallido acústico que impacta físicamente. La Oscuridad invade la sala cuando la luz se extingue en el mismo momento del disparo, sumiendo al espectador-blanco en la incertidumbre y la desorientación. La flecha en movimiento, aunque no física, se siente real. La oscuridad repentina acentúa la desprotección. La obra confronta al espectador con su propia finitud: la certeza de que, en cualquier instante, cualquiera puede convertirse en el blanco. No es solo una instalación que se observa; es una vivencia que se *sufre*, una metáfora palpable de la fragilidad humana ante lo impredecible y lo terminal. "Directo al corazón" no apunta al cuerpo, sino a la conciencia de nuestra existencia precaria. La obra como metáfora de la fragilidad existencial y la conciencia de la muerte.

 

Adriana Carrizo